Jue. Mar 28th, 2024

AFP

Reino Unido

Los príncipes británicos Guillermo y Enrique caminaron juntos ayer lunes detrás del féretro de la reina Isabel II, tal y como hicieron hace 25 años con su madre, la princesa Diana, pero sin mostrar signos de reconciliacón.

Con un libro de memorias de Enrique que saldrá a la luz el año que viene, y con discusiones entre bastidores sobre los uniformes militares y los títulos para sus hijos, ellos y sus esposas, Catalina y Meghan, parecían tan alejados como siempre.

 Los hermanos cumplieron con su deber, caminando codo a codo detrás de su padre, el rey Carlos III, y de otros altos miembros de la familia real, mientras el féretro de su abuela era llevado a la Abadía de Westminster para su funeral. Guillermo, heredero al trono de su padre Carlos III, vestía uniforme militar.

Enrique, que tiene prohibido hacerlo desde que abandonó su vida como miembro de la realeza, vestía un traje en el que llevaba prendidas sus medallas. Mientras el féretro entraba en la abadía, Enrique mantuvo la mirada baja, mientras otros miembros de la familia con uniforme militar saludaban.

La semana pasada, Guillermo confesó al público que caminar detrás del féretro de su abuela le había traído recuerdos dolorosos del cortejo fúnebre de su madre, en 1997, cuando él tenía 15 años y su hermano apenas 12.

Pero si esa dolorosa experiencia compartida estaba en sus mentes, no había ningún reconocimiento externo de ello. A la entrada de la abadía, los hermanos, que en su día estaban tan unidos que podían terminar las frases del otro, estuvieron acompañados por sus esposas y por los dos hijos mayores de Guillermo y Catalina, el príncipe Jorge, de nueve años, y la princesa Carlota, de siete, años.

 Catalina, recién nombrada princesa de Gales, al igual que la madre de Guillermo, Diana, lució un conjunto negro con un sombrero de ala ancha y su melena recogida en un moño.