AP
Miami
Ante el incremento en la cifra de muertos por el huracán Ian y la falta de energía eléctrica que enfrentan cientos de miles de personas en Florida y las Carolinas, autoridades federales se comprometieron el domingo a entregar una cantidad enorme de ayuda para desastres mientras los socorristas seguían apresurándose a rescatar gente aún atrapada en inundaciones.
Días después de que Ian atravesó el centro de Florida y dejó tras de sí un rastro de destrucción que se extiende hasta las Carolinas, los niveles del agua seguían subiendo en algunas zonas, inundando casas y calles que no estaban tan mal hace apenas uno o dos días.
En medio de ramas desperdigadas por el terreno de la iglesia episcopal Santa Hilaria en Fort Myers, el reverendo Charles Cannon admitió la gran pérdida durante su sermón dominical, pero también dio gracias por lo que sigue en pie. Ello incluye los vitrales y el campanario del templo.
“La gente cree que ha perdido todo, pero uno no ha perdido todo si no se ha perdido a sí mismo”, declaró.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, visitó el domingo la ciudad de Arcadia, que se ubica unos 48 kilómetros (30 millas) tierra adentro del punto en que Ian tocó tierra. La zona rural no sufrió de la marejada ciclónica que experimentaron las comunidades costeras, pero las inundaciones persistían cuatro días después del paso de la tormenta.
“Esta es una tormenta tan grande, trajo tanta agua, que ustedes están pasando por lo que prácticamente es un evento de inundación que no se había registrado en 500 años”, declaró DeSantis.
Se ha confirmado la muerte de al menos 68 personas: 61 en Florida, cuatro en Carolina del Norte y tres en Cuba.
Casi 720.000 casas y negocios de Florida seguían sin luz el domingo. El número de construcciones afectadas llegó a ser de 2,6 millones.
Ian seguía causando estragos en su camino hacia el norte, donde se pronostica que sus remanentes dejen lluvias en Virginia, Virginia Occidental, Maryland y el sur de Pensilvania, informaron meteorólogos.
En Virginia, las precipitaciones sobre la zona inundada de la Bahía de Chesapeake podrían causar las mayores inundaciones por marea en la región de Hampton Roads en al menos los últimos 10 o 15 años, señaló Cody Poche, del Servicio Meteorológico Nacional. Unos cuantos distritos escolares en las costas de Virginia cancelaron las clases del lunes, y funcionarios locales le pidieron a la ciudadanía que se prepare.
Deanne Criswell, administradora de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, dijo que el gobierno federal está enfocándose primero en las víctimas en Florida, que se llevaron la peor parte de una de las tormentas más poderosas que haya azotado Estados Unidos. El presidente Joe Biden y la primera dama Jill Biden visitarán el estado el miércoles.
Los caminos inundados y los puentes rotos que conducen a islas dejaron a muchas personas aisladas en medio de un servicio limitado de telefonía celular y la falta de servicios básicos como el agua, la electricidad y el internet. Las autoridades advirtieron que no se prevé que la situación mejore en muchas zonas durante varios días debido a que toda la lluvia que cayó no tiene a dónde desaguarse.
Criswell declaró en “Fox News Sunday” que el gobierno federal, incluyendo a la Guardia Costera y el Departamento de Defensa, ha empezado a organizar la “mayor cantidad de activos de búsqueda y rescate que me parece hayamos conjuntado antes”.
Sin embargo, advirtió que aún hay peligros.
“Pero vemos mucho más lesiones y en ocasiones más fallecimientos después de la tormenta”, señaló Criswell. “El agua estancada trae consigo todo tipo de riesgos: tiene escombros, podría contener líneas eléctricas, podría haber riesgos allí adentro de los que uno simplemente no sabe”.
Más de 1.600 personas han sido rescatadas en todo el estado, según la agencia para el manejo de emergencias de Florida.