Mar. Nov 12th, 2024

Leonardo Matos Barrido

Santo Domingo, RD

Con mucha emoción, debo admitirlo, he leído el Editorial publicado por el diario de su digna dirección, en fecha 1ro de los corrientes, titulado “El recurso humano que falta”.

Es un hecho irrebatible que “el País confronta un serio déficit de profesionales técnicos y especialistas en las aéreas que están siendo conformadas por la revolución tecnológica”, como muy bien lo señala su Editorial. Lo que agravará en la medida en que esa “revolución tecnológica” avance sin evitar un hecho que viene  sintiéndose hace tiempo.

En mi desempeño como Secretario de Educación, hace ya casi medio siglo, advertí esa situación y consciente de que la educación no puede ser estática, se elaboró un proyecto para posicionar la educación técnico vocacional, para dar a la juventud dominicana una formación más acorde con la realidad socio económica del país.

En su Primer Nivel el aludido proyecto daría oportunidad a jóvenes comprometidos entre los 13 y 16 años de edad. En el Segundo Nivel se incorporarían alumnos entre 14 y 16 años de edad, con los primeros ocho años de estudio, terminados o no, y aprenderían un oficio según las necesidades del desarrollo de cada comunidad. En el Tercer Nivel se daría oportunidad a jóvenes con el Bachillerato terminado o no, para incorporarlos a un curso especialmente preparado en las Escuelas Técnicas. Con esta finalidad se propuso la creación de lo que es hoy el Instituto de Formación Técnico Profesional INFOTEP. Los egresados del Tercer Nivel conocerían las razones teóricas y prácticas del oficio escogido y así el país obtendría los mandos medios profesionales que requiere.

El proyecto fue aprobado por el Consejo de Directores del Banco interamericano de Desarrollo (BID), entidad que otorgaría un financiamiento de 40 millones de dólares, al 2% de interés anual y de los cuales 8 millones de dólares no se pagarían, ya que eran para cubrir el costo del adiestramiento de los profesionales del Plan Piloto del Proyecto.

Una vez aprobado por el BID, presenté el Proyecto al Presidente Balaguer quien le dio su entusiasta aprobación, pero, me dijo que lo haríamos con recursos propios y me autorizó a que lo incluyera al Presupuesto de Educación para el próximo año, asegurándome que sería aprobado.

El resultado de las elecciones de 1978 pareció haber frustrado ese interesante proyecto, pero el Presidente Guzmán autorizó su firma, según informaron los medios de comunicación, tan pronto como asumió el poder en agosto de 1978. Ignoro las razones por las cuales, no obstante esa aprobación, el Proyecto no se ejecutó.

Le felicito por tan brillante Editorial, que ha de motivar a las actuales autoridades a promover “el recurso humano que falta”, para beneficio de las presentes y futuras generaciones de la Patria de Duarte.