Jue. Nov 7th, 2024
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Estados Unidos

 Deberá comparecer en tribunales en las próximas horas el hombre acusado de atacar al esposo de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y de querer secuestrarla a ella.

David DePape, un extremista seguidor de teorías conspirativas, debe comparecer en la Corte Superior de San Francisco. Será su primera aparición pública desde que irrumpió en la casa de los Pelosi a las 2:20 a.m. del viernes pasado y atacó a Paul Pelosi, de 82 años.

El asalto ha estremecido al mundo político del país cuando faltan pocos días para las elecciones legislativas. Han aumentado las amenazas contra legisladores y funcionarios electorales y las autoridades han emitido advertencias sobre el crecimiento del extremismo en Estados Unidos.

DePape, de 42 años, enfrenta cargos de intento de asesinato, robo y abuso de una persona de edad avanzada. La fiscalía ha pedido que siga preso sin derecho a fianza.

A nivel federal, enfrenta el cargo de intento de asesinato de un funcionario federal. Esos cargos están descritos en una declaración jurada en que se describe el asalto, que fue en parte captado por cámaras corporales de la policía luego que las autoridades respondieron a la llamada de emergencia proveniente de la casa de los Pelosi, en el vecindario Pacific Heights.

En Washington, el jefe de la Policía del Capitolio, Tom Manger, ofreció un panorama sombrío sobre las medidas de seguridad en torno a los legisladores.

Manger dijo que si bien ha habido mejoras desde el asalto al Capitolio en enero del 2021, incluyendo la contratación de casi 280 agentes, “todavía queda mucho trabajo por hacer”.

“Creemos que el clima político de hoy exige más recursos para proveer más niveles de seguridad física para los miembros del Congreso”, expresó Manger.

Añadió que el ataque contra el señor Pelosi “es un recordatorio alarmante de las peligrosas amenazas que enfrentan los funcionarios electos y las figuras públicas en el contencioso clima político de hoy”.

Nancy Pelosi estaba en Washington cuando ocurrió el asalto, protegida por su escolta, un beneficio que en Estados Unidos no se extiende a los familiares. La legisladora viajó inmediatamente a San Francisco, donde su esposo estaba hospitalizado y fue operado por fractura de cráneo y otras heridas.

La fiscal distrital Brooke Jenkins declaró que el asalto contra Paul Pelosi pareció haber sido premeditado, y pidió a todos los ciudadanos “bajarle el volumen” a la retórica política.