Cultura. Una activa promotora de la historia, lectura y escritura, especialmente en los más jóvenes.
Odette Saldívar
Hermanas Mirabal, R.D.
En el otoño de 1948, nace una mujer que pronto se convierte en una pieza esencial de la historia y la cultura literaria.
Emelda Ramos, quien con amabilidad recibe al Listín Diario en su hogar en Salcedo, fue la única historiadora reconocida en la IX Feria del Libro de Historia Dominicana. Razón, entre otras, para destacar su trayectoria no solo en esta área, también como escritora y educadora dominicana.
Ramos es una persona que se ha dedicado por muchos años a darle justo valor a la historia regional del Norte y de su ciudad natal, Salcedo, al igual que ha actuado como promotora de la cultura, la lectura y la escritura, especialmente en los más jóvenes.
Esta, sentada en la galería de lo que antes era una finca de cacao frente a Ojo de Agua, cuenta que nació, creció y tuvo sus hijas en aquella casa, y que tan solo interrumpió su estadía en la ciudad cuando empezó sus estudios en la capital. Por lo tanto, toda su labor, todo su legado nace en la cuna del Cibao.
Obtuvo un reconocimiento en la “IX Feria del Libro de Historia Dominicana”, que el Archivo General de la Nación finalizó recientemente, debido, según esta, al trabajo que realizó en “Historiografía y literatura de Salcedo: 1865-1965”. Se trata de una obra que recoge a quienes fueron los primeros cultivadores de las letras en el primer siglo de vida de la provincia de Salcedo. Recopila quienes eran aquellos dramaturgos, poetas y ensayistas, y sus obras.
Asimismo, fue esta quien dio a conocer, tras sus investigaciones, que fue Vela Zanetti quien pintó el reconocido mural de la Parroquia San Juan Evangelista.
Motivaciones
“Desde pequeña siempre quise aprender historia y contar historias”, expresa cuando se le preguntó qué le impulsó a escribir sobre esta temática, “me ha apasionado”, continua .
La escritora indica que toda la vida ha estudiado esto. La misma hizo cursos y talleres, y alega que el nacer y crecer en una provincia histórica ha influenciado mucho, ya que la historia está allí por doquier.
Escritura
La entrevistada, que con ánimo iba mostrando la variedad de publicaciones que ha hecho, ha escrito sobre tradiciones y leyendas indígenas y folclóricas, ha producido trabajos influenciados por lo urbano y, también, cuentos infantiles.
“Casi todas son historias de los años 50 y 60 de cosas que yo escuchaba, hechos que sucedían y la gente lo contaba muy graciosamente”, dice esta, con respecto a sus libros que abarcan leyendas y tradiciones a modo de novela breve. Un claro ejemplo de esto es su libro “Los oficios y placeres de Miralvalle”.
Además, su primera obra, “El despojo o por los trillos de la leyenda”, fue ganadora, en los años 80, del Ateneo Minerva Mirabal.
Ramos ha fomentado, por muchos años, la escritura en los jóvenes. Esta ha sido parte, por 29 años, del jurado de “Por mi País Primero”, concurso que auspicia la Fundación Brugal. Allí, durante tres días se dedica a dar talleres de cuentos y poesía a jóvenes entre los 10 y 14 años.
Cuenta que en uno de aquellos talleres se sirvió de un florero con flores de distintos colores, para que sus estudiantes se inspirarán. De ahí surge “El Cuaderno de la rosa”.
Igualmente, es presidenta del jurado del concurso de cuentos de Radio Santa María.
Además de la escritura, también promueve la lectura en niños. En este sentido, ha escrito varios cuentos infantiles, como son “El último Aon” y “El Quijote de las Auyamas”. “Si nos quejamos de que los niños no están leyendo, entonces los escritores tenemos que contribuir produciendo textos que ellos entiendan”, fueron sus palabras.
Educación
Estudió Educación, mención Filosofía y Letras, y cuando se adentró en el ejercicio de esta, fue de los maestros entrenados en el plan de reforma de la educación media, en 1970.
En 1971, ideaba clubes de arte dramático, de donde salieron poetas, cantantes, y formó a otros en teatro.
La autora dice que tiene en carpeta una investigación sobre la primera intervención norteamericana.