Juan Ariel Jiménez
Santo Domingo, RD.
Principios de año es apropiado para plantearnos nuevas metas en los ámbitos de la vida. Un elemento muy importante a incluir es nuestra lista de “metas del nuevo año” en la planificación financiera personal o familiar, pues esto nos ayudará a manejarnos mejor durante los próximos doce meses y poder sortear, con mayor éxito, cualquier dificultad económica que pueda venir en camino.
El proceso de planificación de las finanzas personales inicia con identificar las fuentes de ingreso que tendremos durante el año, empezando con los ingresos seguros como salario, continuando con los ingresos menos seguros, como transferencias familiares por remesas o regalos de terceros.
En el caso de personas que no tienen un trabajo fijo, sino que dependen de la generación mensual, según facturen a sus clientes, lo más apropiado sería tomar un promedio mensual de ingresos de años anteriores. A continuación, se debe hacer una planificación del gasto.
En este caso, igualmente debemos empezar con los gastos de mayor importancia y que son obligaciones mensuales, como el pago por alquiler de la vivienda, gastos fijos de salud, costo de la alimentación, pagos por la educación de los hijos, entre otros. Los últimos gastos en nuestra lista deben ser aquellos relacionados a la diversión y el esparcimiento, pues son los más fáciles de ajustar.
En ambos casos, tanto en la organización de los ingresos como en la estimación de los gastos, es importante que seamos completamente honestos y realistas con nosotros mismos, pues solo así podremos visualizar con mayor certidumbre el futuro próximo.
Concluido el proceso de identificación de ingresos y gastos, es hora de compararlos. Al confrontar los ingresos seguros (salario) con los gastos de mayor importancia (obligaciones fijas), se puede ver si los gastos están por encima de los ingresos, lo cual es un indicador de problemas futuros.
En ese caso, hay que tomar con tiempo la decisión de reducir los gastos, ya sea mudarse a una vivienda de menor pago de alquiler o cambiar hábitos alimenticios, pues aunque sean decisiones difíciles, tomarlas con tiempo evitarían mayores problemas en el futuro.
Otra meta importante es la de aumentar los ingresos, puede ser mediante un segundo trabajo en las tardes o buscando una mayor cantidad de clientes, la clave es alcanzar entradas económicas que permitan encontrar el balance entre ingresos seguros y obligaciones mesuales.
Por otro lado, es posible que algunas personas tengan ingresos fijos superiores a las obligaciones mensuales, en cuyo caso lo recomendable es proceder a pagar deudas pendientes iniciando con aquellas de más alta tasa de interés, normalmente asociada a prestamistas informales y a tarjetas de crédito.
Si no hay deudas, la familia puede establecer metas de ahorro mensual, la cual debe ser de al menos 50% del remanente de ingresos fijos luego de pagar los gastos importantes. Asimismo, los ingresos eventuales deben ser ahorrados en un alto porcentaje.
Y es que lograr una buena base de ahorro va a evitar que ante cualquier eventualidad en el futuro tengamos que salir a endeudarnos, pues el endeudamiento no planificado es el camino directo hacia las dificultades financieras y la quiebra personal.
Concluida la planificación de los pagos de obligaciones, entonces se puede plantear el espacio para gastos de diversión y esparcimiento, siempre luego de haber cumplido con la meta mensual de ahorro. De la misma manera, habiendo alcanzado ciertos nivel de ahorro se puede plantear adquirir artículos de alto valor, como electrodomésticos o el celular de última generación.
Esta planificación de las finanzas personales y familiares de inicios de año nos da la ruta a seguir en los meses siguientes. En el futuro, conforme pasa el tiempo, debemos ir anotando lo que vamos gastando y eso compararlo con lo que se había planificado.
Este cotejo de la realidad versus la planificación nos irá dando ideas de cómo va nuestra disciplina financiera y qué cambio debemos hacer en nuestros hábitos de consumo, en algunos casos para recortar gastos, en otros para darnos mayor libertad.
En conclusión, el año 2023 que recién inicia será un período de muchos retos económicos, tanto nacionales como internacionales, por lo que una planificar correctamente los ingresos y gastos es más importante que nunca para mantener una adecuada salud financiera, y con ello, una buena salud mental.