AFP
Ucrania
Fueron geocalizados, atacados y abatidos. Decenas de soldados rusos pagaron con sus vidas el uso de sus teléfonos móviles en Ucrania, una prueba de la debilidad tecnológica del ejército ruso y de su falta de disciplina.
El ataque ucraniano a Makéyevka en la noche de Año Nuevo dejó 89 muertos, según Moscú. Pero los reporteros de guerra rusos, cada vez más influyentes, hablan de centenares de muertos. Ucrania reivindicó 400 bajas.
Otros ejércitos ya habían sido sorprendidos por la geolocalización de los celulares de sus soldados. El líder separatista checheno Djokhar Dubayev fue derribado por misiles aire-tierra rusos en 1996, tras identificar su teléfono satelital.
En enero de 2018, el ejército estadounidense descubrió que el programa de entrenamiento Strava Labs permitía la difusión de la posición de los soldados en bases en Afganistán, Irak y Siria.
Pero esta vez, el error fue mayúsculo.
“El uso de teléfonos móviles es extremadamente peligroso en el campo de batalla y rara vez vale la pena el riesgo”, especialmente en Ucrania, donde el gobierno sabe “lo que está pasando en su red de telecomunicaciones”, explicó a la AFP Joseph Shelzi, investigador en el Soufan Center, con sede en Nueva York.
– El “mito” de la tecnología rusa –
En Rusia, la polémica es candente. El centro de estudios Institute for the Study of War (ISW), con sede en Estados Unidos, señaló que organismos pro-Kremlin y los blogueros militares subrayaron “la capacidad de Ucrania para explotar las malas prácticas en términos de seguridad de las operaciones en las líneas del frente”.
Una falla más en un ejército descrito antes del conflicto como uno de los más poderosos del mundo, pero que, desde entonces, demostró debilidades logísticas, una inteligencia ineficaz, una cadena de mando desarticulada, un equipo anticuado y falta de coordinación entre las fuerzas armadas.
La muerte de un general ruso al comienzo del conflicto se atribuyó al equipo pesado de telecomunicaciones de su tanque, que habría permitido a los ucranianos detectar su presencia.
“La tecnología militar rusa es un mito, no son buenos, se acabó”, afirmó por su parte Stéphane Dubreuil, experto francés en telecomunicaciones.
“Al inicio del conflicto, los rusos utilizaban teléfonos encriptados, pero tuvieron problemas porque eran de la antigua generación”, afirmó el experto. “Entonces comenzaron a utilizar teléfonos civiles”.
En el caso de los teléfonos utilizados en la noche de Año Nuevo probablemente su uso no fue operacional.
– La cuestión de la disciplina –
El ataque en Makéyevka muestra una enorme brecha tecnológica. Kiev dispone de armas occidentales ultramodernas, como los lanzacohetes Himars proporcionados por Estados Unidos, y herramientas de inteligencia técnica con las que Moscú no cuenta.
Esta ofensiva, la más mortífera en la guerra contra los soldados rusos, pone en evidencia también un problema de disciplina en un ejército diezmado por los combates y recientemente reforzado por reclutas movilizados precipitadamente, enviados al frente después de una formación rudimentaria.
También confirma errores del lado ruso en materia de seguridad operativa.
La eficacia letal del ataque se debe sobre todo al alojamiento de numerosos soldados en un mismo lugar, cerca de un depósito de municiones, según Nick Brown, experto de la empresa de inteligencia privada británica Janes.
Para Schelzi, las posibilidades no son infinitas. “La solución para limitar los riesgos que plantean los teléfonos móviles en el campo de batalla es eliminar su uso por completo”, resume.