Mar. Nov 19th, 2024
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Europa Press

Madrid, España

Expertos en Responsabilidad Social Corporativa (RSC) auguran que en este 2023 las empresas deberán apostar por las personas para lograr el éxito de sus planes de negocio, al tiempo que inciden en el papel de las finanzas, la cadena de suministro con foco en las pymes y los derechos humanos aplicados al ámbito empresarial.

En declaraciones a Europa Press, la directora general de la Fundación Seres, Ana Sainz, argumenta que “asuntos como la medición del impacto social, la preocupación e implementación de los derechos humanos en toda la cadena de valor o el liderazgo responsable serán los pilares fundamentales para construir organizaciones más sostenibles y eficientes”.

Precisamente, así se ha recogido en el último encuentro anual de Fundación Seres, Radarseres, en el que han participado líderes del IBEX-35, medios de comunicación y expertos españoles e internacionales en materia social.

Por su parte, la directora ejecutiva Pacto Mundial de la ONU España, Cristina Sánchez, considera que este 2023 “lleva en sus hombros ya la obligación de profundizar en la transformación sostenible, una transformación que arroje resultados de manera definitiva”.

“Transformar requiere una acción holística, de numerosos frentes, pero si tuviera que señalar tres palancas clave, serían las finanzas, la cadena de suministro con foco en las pymes y los derechos humanos aplicados al ámbito empresarial. Aunque los grandes temas de la agenda empresarial se mantendrán, como la gestión de la diversidad o la acción climática”, detalla.

Así, bajo el primer punto, Sánchez cree que cobrará relevancia la taxonomía verde y más avances en la social mientras que los flujos monetarios “se seguirán orientando a favor de la sostenibilidad en coherencia con los desafíos empresariales a todos los niveles”. “ISR, incentivos de empresas, bonos verdes o azules y otros productos pensados para el desarrollo sostenible ganarán un protagonismo definitivo”, apostilla.

“En segundo lugar, numerosos aspectos del panorama empresarial y económico han ido poniendo los mimbres para que 2023 sea el momento de apostar por las pymes y la gestión sostenible de la cadena de suministro”, añade, y recuerda que el Pacto Mundial cuenta con un proyecto realizado con ICO e ICEX “para involucrar a 5.000 pymes y solo será un piloto”. “Porque sin la pequeña y mediana empresa, la transformación no será real”, precisa.

“Y por último, está la agenda internacional y, de nuevo normativa, que en 2023 pondrá de manera muy afortunada el foco en la gestión empresarial de los derechos humanos” incide Sánchez que recuerda la conmemoración del 75º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

“Entre las empresas españolas esto es aún la gran asignatura pendiente, pues solo el 10% de las empresas evalúa sus impactos en este ámbito. Además, verá la luz la Directiva Europea de Debida Diligencia y Medioambiente. Las empresas grandes tendrán que prepararse para enfocar sus desafíos en clave de derechos humanos, lo que también afectará a las más pequeñas que formen parte de su ecosistema”, zanja.

Desde APlanet, startup que ha desarrollado una plataforma tecnológica para la gestión de la sostenibilidad en el entorno corporativo, consideran que los retos de los directores de Sostenibilidad para 2023 pasan por gestionar los datos y el reporting, adaptarse a la cambiante normativa y manejar las expectativas de la alta dirección. A su juicio, la tecnología jugará un papel esencial en el cumplimiento de los nuevos estándares y requerimientos regulatorios de la UE en materia de información no financiera.

2022, año de impactos económicos y sociales

Por otro lado, Sainz y Sánchez coinciden en señalar que 2022 ha sido diferente a lo esperado en la materia. “Esperábamos una recuperación a todos los niveles y sin embargo nos encontramos con impactos económicos y sociales importantes en materia de precios, la falta de cohesión social, la desigualdad y la guerra en Ucrania”, afirma Sainz.

“Crecen las dificultades para alcanzar la cohesión social con cuestiones complejas como la desigualdad, las brechas en el empleo, talento y educación o un crecimiento alarmante de las situaciones de pobreza de las familias. Y cada vez es más necesario el rol de una empresa que pueda integrar beneficio económico y social porque las empresas son capaces de generar soluciones eficientes, eficaces, escalables y sostenibles. Esto está directamente conectado con su responsabilidad para construir una empresa más fuerte y una sociedad más justa y sana”, defiende.

“La agenda social en este año de transición ha girado en gran medida en las empresas en torno al liderazgo responsable, las iniciativas para acelerar la recuperación con modelos más inclusivos y herramientas que permiten comparar el impacto de las empresas o el nuevo paradigma en el que el compromiso empresarial es un elemento primordial para los inversores en todo el mundo”, espefica.

En su opinión, “un aspecto clave de todo este proceso es la medición” y pone de ejemplo el Índice Seresde la Huella Social, “una metodología de medición del impacto social de los proyectos económicos que ofrecerá mayores estándares en términos de conexión económica y social y ayudará a trabajar en una recuperación sin dejar a nadie atrás”.

Para Sainz, “una respuesta a la altura de este desafío pasa por evaluar el valor adicional de los criterios ESG en las inversiones de negocio y ser capaces medirlo”. En otro orden, destaca que reconocimientos como la Medalla de Oro de la Cruz Roja en 2022 “animan a seguir trabajando para lograr empresas más comprometidas socialmente, capaces de transformar la realidad empresarial y lograr una sociedad mejor”.

Mientras, Sánchez considera que el año 2022 “no ha dejado un único hito en materia de sostenibilidad, un gran punto de inflexión, pero ha sido significativo desde dos puntos de vista, que se podrían resumir como valor para el negocio y normativa”.

“Por un lado, desde el interno de las empresas, hemos visto cómo los preceptos de la sostenibilidad se están aplicando cada vez más a los procesos y al core de las organizaciones. Paulatinamente es un factor de negocio. No en vano, las 2.500 empresas españolas preguntadas en nuestra consulta de este año nos dijeron en un 49% de los casos que la integración de la sostenibilidad y los ODS ha impactado de forma positiva en los resultados económicos de la empresa. En esa línea, el 79% de las empresas consultadas afirma que existen ventajas competitivas fruto de ser más sostenibles”, puntualiza.

“Por otro lado, ha sido un año intensivo en materia de normativa vinculada a la sostenibilidad, dentro de nuestras fronteras, pero sobre todo en el marco europeo. En 2022, además de ampliar la aplicación de normativas ya existentes como la Ley de Planes de Igualdad –que se extendió en marzo a las empresas de 50 trabajadores o más–, se han aprobado nuevas como la Ley de Residuos y Suelos Contaminados, la Ley Europea sobre Igualdad en los Consejos de Administración y la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa. Esta última es una de las más relevantes para la sostenibilidad empresarial que, pese a estar en las agendas de las empresas, imprimirá cambios en el futuro más inmediato”, pronostica.

Asimismo, cree que 2022 ha estado muy pendiente de los asuntos medioambientales, al poner sobre la mesa de la actualidad en la segunda mitad de año los océanos, el clima y la biodiversidad con la celebración de sendas conferencias de la ONU: Ia I Conferencia de los Océanos (UNOC), la COP 27 sobre cambio climático y la Cumbre de la Biodiversidad, donde “las naciones del mundo han adoptado un acuerdo histórico para revertir décadas de destrucción ambiental”.