Mié. Nov 20th, 2024

Joaquín Ricardo

Santo Domingo, RD.

En la edición impresa correspondiente al día 24 de febrero del año en curso, se publica en la página 17, sección La República, una recopilación de datos anteriormente conocidos bajo el epígrafe ¨Balaguer fue el jefe militar contra guerrilla de Caamaño¨, relato al que nos vemos en la ineludible obligación de formularle las siguientes precisiones:

1.-El Presidente de la República, en su calidad de Jefe Supremo de las fuerzas armadas y de los cuerpos policiales, en virtud de lo que establecía el artículo 55 de la Constitución vigente, acudió a las áreas en donde se encontraban los miembros del grupo subversivo de guerrilleros, para respaldar las acciones de las fuerzas armadas, destinadas a la preservación del orden y la paz públicos.

2.-La presencia del Presidente de la República dejaba muy claro su firme determinación de enfrentar por todos los medios a su disposición el desembarco guerrillero destinado a subvertir el orden legalmente establecido, en legítima defensa de la voluntad del pueblo dominicano soberanamente expresada en la consulta electoral de 1966 y ratificada en las elecciones de 1970. En esta ocasión, como lo expresara el propio jefe del Estado, no se trataba de la continuidad de un hombre sino de la continuidad de la paz, de la tranquilidad y del progreso del pueblo dominicano.

3.-Los enfrentamientos que se produjeron entre las fuerzas del orden y los invasores fueron el producto directo de la incursión subversiva. En una invasión armada sediciosa se viene a vencer o a morir.

4.- En lo concerniente al jefe de los guerrilleros, desertor de las fuerzas armadas, cabecilla de un movimiento subversivo que perseguía, además de la alteración de la paz y el orden públicos, el derrocamiento del gobierno de la República legítimamente constituido, las decisiones y acciones que tomaran las fuerzas del orden para erradicar los elementos que perturbaban la seguridad del Estado están descritas en los manuales de contrainsurgencia.

5.- Los jefes militares no necesitan hablar de las operaciones y acciones en las que han participado en el cumplimiento de su deber. Su lealtad es a la Patria, al Comandante Supremo, a sus superiores y a las instituciones que los formaron.

6.- Presumo que el autor del escrito que motivan estas aclaraciones debe tener en su poder como prueba para su aviesa afirmación la cinta magnetofónica en donde se pueda escuchar la voz del Presidente de la República diciendo que “asesinaran al cabecilla del grupo guerrillero”. De lo contrario el atrevimiento pasa a ser una canallada.

Finalizo estas precisiones con una reflexión que leí recientemente y que en este caso podría serle de utilidad al autor: “Por más que la abeja explique a la mosca que la flor es mejor que la basura, la mosca no la va a entender, porque siempre vivió en la basura”.