Vie. Nov 1st, 2024

Los espacios en el roster son solo una pequeña parte de los múltiples beneficios que han tenido las organizaciones del Viejo Circuito

Bryce Harper en su regreso a los Filis luego de someterse a cirugía Tommy John. GETTY IMAGES VIA AFP

CARLOS MORETA SANTO DOMINGO, RD. 

Bryce Harper retornará a las líneas de cal tras una exitosa recuperación en 160 días de lo que fue la cirugía Tommy John, permitiéndose ocupar el orden correspondiente al bateador designado en la alineación de los Filis de Filadelfia.

¿Imaginan ustedes que Harper atravesara esta situación en 2021 cuando aún no existía la permanencia del bateador designado universal?, ¿Y lo que los Filis continúen sin la presencia de su mejor bateador en espera de que esté en óptimas condiciones para defender los jardines?

Las maniobras en el roster son solo una pequeña parte de los múltiples beneficios que han tenido las organizaciones del Viejo Circuito desde la instauración del designado, además de poseer una tanda con la posibilidad de mayor éxito ofensivo y contar con lanzadores centrados en salir al montículo (aplica para todos menos Shohei Ohtani).

Los movimientos en la plantilla que permite la presencia de ese bateador extra no solo lo aprovechan los Filis, también vemos como los Piratas de Pittsburgh han logrado que Andrew McCutchen les aporte un OPS de .830 luego de consumir 108 apariciones en dicho rol.

La última organización mencionada cuenta con las opciones de Bryan Reynolds, Connor Joe, Jack Suwinski, Miguel Andújar, Tucupita Marcano y Mark Mathias sorteándose los jardines, por lo que contar con un puesto exclusivo para alguien que les aporte en el madero es toda una satisfacción.

El contexto completo de la Liga Nacional ha logrado aprovecharse de los bateadores designados, cuando de estos los quince equipos obtienen una línea ofensiva de .250/.317/.415 en lo que ha sido el arranque de este 2023.

Esto constituye una bendición frente al martirio de tener lanzadores cargando con carabinas al hombro.

Haciendo un viaje de dos años atrás, los pitchers terminaron ponchados en el 44.3 % de las ocasiones en que fueron a la caja y solo alcanzaron un promedio de embasado de .149.

Con el bateador designado, los equipos se libran de lidiar con lo que regularmente fuesen “outs vestidos de peloteros”, conservan la salud de sus miembros y logran mayores oportunidades de producción con jugadores que sí estuvieron diseñados para el bateo