Mié. May 15th, 2024

“Con solo nublarse”, Paula Linares, quien vive en el callejón Santa Clara, ubicado en la parte baja de Los Guandules, a pesar de sus problemas de circulación en las piernas, empieza a elevar sus electrodomésticos y demás ajuares.

Los trabajos de reconstrucción en la cañada Bonavides han incrementado las penurias de los vecinos de los alrededores. LEONEL MATOS

Puede que para muchos sean solo unas simples gotas inofensivas, pero los moradores de zonas como Los Guandules Abajo, próximo a la cañada Bonavides o quienes viven en el sector Las Lilas, cerca del Río Ozama, saben bien las dificultades que provocan unos pocos milímetros de agua en sus casas y el caos que en unos pocos minutos se puede desatar.

“Con solo nublarse”, Paula Linares, quien vive en el callejón Santa Clara, ubicado en la parte baja de Los Guandules, a pesar de sus problemas de circulación en las piernas, empieza a elevar sus electrodomésticos y demás ajuares.

Así para los que algunos pueden ser una exageración, para Linares Capellán se vuelve una medida de prevención ante el temor de que una inundación, frecuente en esta área, termine por llevarse lo poco que tiene.

“Nada más le digo a Dios, Señor no permita que llueva tanto, porque entonces cómo me voy a salir, para dónde voy a ir”, manifestó Linares, mientras mostraba el desgaste de sus enseres con las inundaciones.

Sarita Capellán, desde el sábado se aferró también a esta solución, su gavetero, cama y muebles, desde ya se encuentran “encaramados” en bloques para evitar que el agua le lleve todo.

En este sector se encuentra ubicada la cañada Bonavides, la cual fue reconstruida, pero según los moradores, en vez de los trabajos solucionar los problemas, los ha agravado, y en épocas de lluvias este desagüe natural se convierte en un martirio para los vecinos.

“La preocupación de nosotros es que desde que arreglaron esa cañada, nosotros siempre estamos ahogados, porque ese desagüe lo hicieron mal, la conexión no la hicieron bien y el agua retorna para acá, nos ahogamos todos los que vivimos aquí atrás”, expresó Mario De la Cruz.

El residente agregó que desde hace más de un año las autoridades les dicen que arreglaran el problema y todavía hoy siguen bajo la misma situación.

En Las Lilas

En Santo Domingo Este, en el sector Los Tres Brazos, queda ubicado el barrio Las Lilas, donde varios de sus callejones y calles sin asfaltar también sucumben ante las lluvias y hay quienes se ven obligados a refugiarse en casas de familiares.

Sarita Capellán comienza a "encaramar" sus enseres desde que se anuncian lluvias.
Sarita Capellán comienza a “encaramar” sus enseres desde que se anuncian lluvias. LEONEL MATOS

“Esto se pone feo aquí en realidad, todo el callejón se llena de agua y cuando pasa hay que encaramar la cama, lavadora, y nevera para que no se dañe todo y salir. Es difícil”, expresó Fernando Núñez, residente en esta localidad.

Una de las calles principales que dan acceso a este sector (entrada de la planta de gas bajo el puente de la 17) es un verdadero calvario para sus moradores y transeúntes, sin asfalto y con grandes hoyos en los que se aposan aguas residuales. Allí luego se forma un lodazal difícil de evadir e implacable bajo los efectos de las lluvias.

Alerta

Ante la incidencia de una vagada en el territorio nacional, el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) mantiene 23 demarcaciones en alerta amarilla y verde.

En alerta amarilla están el Distrito Nacional y las provincias Santo Domingo, Santiago, La Vega, Monseñor Nouel, San José de Ocoa, Sánchez Ramírez, San Cristóbal, Monte Plata, Duarte, Monte Cristi, Puerto Plata, María Trinidad Sánchez, Hermanas Mirabal y Espaillat.

En verde fueron colocadas, Azua, Hato Mayor, Santiago Rodríguez, El Seibo, San Juan, Valverde, San Pedro de Macorís y Samaná.