Mié. Nov 20th, 2024

Esa cantidad — que sirve para beber, asearse y cocinar — representa solo el 3% de los 15 litros diarios que, según la Organización Mundial de la Salud, se necesitan para la supervivencia básica.

Palestinos hacen fila para recibir comida durante la ofensiva aérea y terrestre israelí en curso en Rafah, Gaza, el 9 de enero de 2024 HATEM ALI/AP

Los daños en la infraestructura del agua y la escasez de combustible en el sur de la Franja de Gaza hacen que algunos palestinos sobrevivan con apenas medio litro (dos vasos) de agua al día, dijeron los grupos de ayuda humanitaria.

Esa cantidad — que sirve para beber, asearse y cocinar — representa solo el 3% de los 15 litros diarios que, según la Organización Mundial de la Salud, se necesitan para la supervivencia básica.

El Comité Internacional de Rescate y Medical Aid for Palestinians, dos grupos que operan en Gaza, señalaron que las enfermedades transmitidas por el agua se han incrementado, en parte debido al efecto de la escasez de agua en la higiene y el saneamiento.

Kiryn Lanning, responsable de las operaciones del CIR en la Franja, dijo que el personal de la ONG visitó un albergue con 10.000 personas que recibían únicamente 4.000 litros de agua al día. Otro, que daba cabida a 8.000 personas, contaba con 12 letrinas, lo que obligaba a más de 600 personas a compartir una.

Por su parte, Melanie Ward, directora general de Medical Aid for Palestinians, indicó que ha visto “lagos literales de deshechos humanos” junto a tiendas de campaña en Rafah, en el sur del enclave. Los doctores de la ONG sostienen que la diarrea y las enfermedades cutáneas van en aumento, y que hay niños que han muerto a causa de la deshidratación y la inanición.

La incursión de Israel en Rafah a principios de mayo hizo que 900.000 palestinos huyesen de la ciudad, y muchos se refugiaron en míseros asentamientos de tiendas de campaña sin cañerías y con pocos servicios. La campaña restringió además de forma notable la capacidad de proporcionar ayuda en la parte sur. Israel capturó el control del paso fronterizo de Rafah al inicio de la operación, lo que provocó el cierre del principal puerto de entrada de combustible, crucial para el funcionamiento de las bombas de agua, los hospitales y otra infraestructura.

Naciones Unidas suspendió la distribución de alimentos en Rafah el martes alegando falta de suministros y amenazas de seguridad. Se cree que en la ciudad hay todavía unas 400.000 personas.