Su actuación promete llevar a la audiencia a un viaje emocional a través de un mundo lleno de peligros y descubrimientos personales
RUBÉN PERALTA RIGAUD Miami, Florida
Lupita Nyong’o, una de las actrices más aclamadas de nuestra época, toma el papel de Samira en la película “A Quiet Place: Day One” (“Un lugar en silencio: día uno”), una poeta que enfrenta una batalla personal con el cáncer.
En una reciente conversación, en la que este redactor estuvo, Nyong’o compartió detalles sobre su participación en esta esperada historia y su experiencia trabajando con el director Michael Sarnoski.
Lo que inicialmente atrajo a Nyong’o a “A Quiet Place: Day One” fue una conversación con John Krasinski.
Krasinski, quien fue el primer punto de contacto para la actriz, explicó su visión para la franquicia y su deseo de expandir lo que podía hacer, no solo dentro del género de terror, sino también en términos de narrativa emocional.
La idea de explorar nuevos territorios emocionales a través de un personaje como Samira fue algo que emocionó profundamente a Nyong’o.
Samira es un personaje fascinante porque su vida ya está llena de desafíos antes de la invasión.
Como paciente de cáncer, su realidad está marcada por la enfermedad y el sufrimiento.
Cuando los alienígenas llegan, su perspectiva cambia drásticamente.
La enfermedad ya no es su preocupación principal; ahora se trata de sobrevivir en un mundo invadido por criaturas mortales.
Esto crea una dinámica muy interesante en su personaje, ya que debe encontrar la fuerza y la resiliencia para enfrentar dos luchas al mismo tiempo.
La relación entre Samira y Eric es el núcleo de la película.
Trabajar con Joseph Quinn en estos roles tan íntimos fue una experiencia increíble para Nyong’o.
Eric y Samira desarrollan una amistad muy profunda en medio del caos, y esto se convierte en el pilar emocional de la película.
Joseph es un actor muy generoso y dedicado, lo que hizo que las escenas juntos fueran muy auténticas y conmovedoras.
Ambos personajes se ayudan mutuamente a enfrentar sus miedos y a reconectarse con quienes eran antes de la invasión, añadiendo una capa adicional de profundidad a la historia.
Michael Sarnoski dirige esta entrega de la franquicia y su visión aporta una sensibilidad única para contar historias que se centra en los detalles emocionales y humanos.
A pesar de que “Day One” se desarrolla en una metrópolis como Nueva York, él logra contar una historia más íntima y personal que las dos películas anteriores.
Su enfoque permitió que los personajes tuvieran momentos de vulnerabilidad y conexión en medio del desastre, lo cual resonará profundamente con la audiencia.
Además, su dirección permitió explorar la película desde una perspectiva fresca, lo que fue fundamental para mantener la franquicia innovadora y emocionante.
El uso del sonido ha sido crucial en las películas anteriores, y “Day One” no es una excepción.
La capacidad de los alienígenas para detectar cualquier ruido obliga a los personajes a comunicarse y moverse en silencio, creando una tensión constante.
Michael también jugó con la idea de los momentos de silencio y ruido de una manera que refleja las experiencias internas de los personajes.
Samira, como poeta, tiene una relación íntima con el sonido y el silencio, y esto se utiliza para profundizar su carácter y su viaje emocional a lo largo de la película.
Durante la producción, Nyong’o se encariñó mucho con Nico y Schnitzel, los gatos que actuaron en la película.
Al final del rodaje, estaba tan apegada a ellos que decidió adoptar un gato para sí misma.
Había pasado por una ruptura difícil y tener un gato realmente le ayudó a sanar.
La experiencia de cuidar de ellos y de verlos trabajar también reflejaba el viaje de Samira en la película: encontrar consuelo y conexión en medio del caos.
Siendo keniana, Nyong’o reconoció que su trasfondo cultural influyó en su percepción de los gatos y su relación con ellos.
En muchas culturas africanas, incluidos Kenia y Ghana, los gatos a menudo son vistos con cierta superstición.
Nyong’o creció con algunas de esas ideas, así que estaba un poco aprensiva al principio.
Sin embargo, trabajar con Nico y Schnitzel y luego adoptar su propio gato le permitió superar esas nociones y ver a los gatos de una manera nueva y positiva.
Esta experiencia personal también se reflejó en su actuación, ya que le permitió abordar el personaje de Samira con una comprensión más profunda de la transformación y el cambio.
Nyong’o espera que el público vea “Day One” no solo como una película de terror, sino como una exploración de la resiliencia humana y la importancia de las conexiones personales.
A través de los personajes de Samira y Eric, la película muestra que incluso en los momentos más oscuros, hay esperanza y oportunidad para el crecimiento personal.
La actriz espera que la audiencia se sienta conmovida por su viaje y que encuentre inspiración en su capacidad para enfrentar lo inesperado y encontrar fuerza en la adversidad.
Lupita Nyong’o continúa demostrando su versatilidad y profundidad como actriz en “A Quiet Place: Day One”.
Su actuación promete llevar a la audiencia a un viaje emocional a través de un mundo lleno de peligros y descubrimientos personales.
Sin duda, esta entrega añadirá una nueva dimensión a la querida franquicia y dejará una marca indeleble en los corazones de los amantes del cine.