Vie. Sep 20th, 2024

Durante toda su vida, reciclar es el único oficio que ha realizado, guiada por sus padres, quienes han construido un negocio familiar del reciclaje.

Yolanlly Alcántara (Nené), ha dedicado su vida al reciclaje en el vertedero de Rafey.Ashley Martínez

Desde que tenía 7 años, Yolanlly Alcántara (Nené), ha dedicado su vida al reciclaje en el vertedero de Rafey, comúnmente conocido como “bucear” en la basura. Y aunque para muchos, este oficio es considerado para hombres, hoy, 27 años después, Nené es la presidenta de la Asociación de Recicladores del Vertedero de Rafey.

Durante toda su vida, reciclar es el único oficio que ha realizado, guiada por sus padres, quienes han construido un negocio familiar del reciclaje. Cuenta que lo que más le gusta, es la contribución que hace al medio ambiente.

“Ya yo no lo veo como un trabajo, sino cómo un aporte al medio ambiente, una pasión, un estilo de vida”, expresa Alcántara.

Nené es madre de 5 hijos, de 16, 12, 8, 6 y 2 años de edad. Dice que a los niños les gusta estar allí (en el negocio), porque es todo lo que han visto en la familia todo el tiempo. “En mi familia todo lo que se hace es reciclaje”, agregó.

Yolanlly realizó sus estudios de escuela básica hasta el octavo grado, y actualmente estudia gastronomía. Cuenta que varios compañeros recicladores realizan este oficio para costear sus gastos universitarios, uno de ellos estudia derecho, otro medicina.

A parte de representar a los “buzos” del vertedero de Rafey, Nené también es miembro de la Red Nacional de Recicladores, y narra que en en la mayoría de países, en el oficio hay una cantidad de hombres y mujeres por igual trabajando.

la asociación

“Para mí fue un privilegio cuando mis compañeros me eligieron como su presidenta”, cuenta Nené, quien ha asumido esta posición durante los últimos años.

Se afianza en la creencia de que “para las mujeres no hay nada imposible”, incluso en este tipo de oficios bajo el sol y entre la basura. Confiesa que el olor puede ser un “poquito molesto” cuando se mantienen varios días fuera del área y luego regresan, aunque por lo general, ya están acostumbrados.

Durante su gestión, se ha enfocado en trabajar para “cambiar muchas cosas”, por ejemplo la imagen que se tenía de los recicladores.

“Antes se dirigían a los recicladores como delincuentes, antisociales, y ahora hemos cambiado la imagen”, dice.

Actualmente, la asociación cuenta con 486 miembros, y según explica Nené, entre las situaciones de peligro más comunes que experimentan los recicladores está cortarse con los vidrios en el vertedero y los accidentes con los camiones de basura. Asegura que por lo general, no están expuestos a ningún tipo de enfermedades.

Narra que, aunque la gente no lo crea, este es un negocio que produce mucho dinero, y en la empresa familiar, pueden generar hasta 160 mil pesos limpios s la semana.

Asegura que no hay semanas malas en este oficio del reciclaje, “porque cuando en una semana llueve y no se puede trabajar, entonces la otra viene doble”.

Sobre todo con el plástico, ya que este se acumula y sale doble. En la nave del negocio familiar, se trabaja con el plástico duro, papel y las botellitas.

Al preguntarle sobre que le diría a las niñas que están ahí afuera y piensan que hay trabajos solo para hombres, que ella le diría, Nené contestó “que la mujeres podemos y que lo que uno se propone lo puede lograr, para nosotras no hay nada imposible”.