•  Un profesional del área de la belleza que está seguro de que no solo vende un servicio; ofrece una experiencia que sus clientes no pueden evitar contar.

Editora revista A La Moda

Para él, maquillar es más que una profesión; es una habilidad mágica que cambia vidas.  “Con este oficio puedo levantar espíritus y ofrecer un espejo en el que las personas pueden redescubrir su fuerza interior”, afirma.

Explicó además, que cada rostro es un lienzo, y cada cliente tiene una historia única que merece ser contada con cuidado, es decir,  “Mis clientes no solo salen con un look impecable, sino con la sensación de haber sido escuchados y entendidos, algo que valoran y que los hace regresar”.

Este reconocido make up artist, ha tenido la oportunidad de trabajar con algunas de las celebridades más influyentes de Miami y Cuba. Cada cliente que pasa por las manos de Rodríguez se convierte en una extensión de su trabajo y, a su vez, en un embajador de su marca. 

Para él, no hay mayor elogio que alguien recomiende tu trabajo porque ha sentido que lo que ofreces es único. “No es solo aplicar base y colorete. Es conocer a la persona, entender qué quiere contar a través de su rostro. Hay que tomarse el tiempo para eso”, explica.

“Para muchos en las redes sociales los resultados se encuentran en números y algoritmos, yo he preferido construir reputación de otra forma: con el aval de la confianza humana. Mi negocio funciona 50% en redes sociales y 50% por recomendación. La gente confía en lo que otros dicen sobre ti”, agrega.

Esta visión le ha asegurado, cuenta orgulloso, no solo la lealtad de sus clientes, sino que también ha atraído a nuevas audiencias que buscan algo más real en un mercado saturado de artificios.