El ministro de Trabajo, Luis Miguel De Camps, aseguró que “uno de los mayores cambios impulsados por el Ministerio de Trabajo ha sido el fortalecimiento de la capacidad de mediación de la institución.
En los últimos cuatro años, los conflictos laborales han encontrado solución en un 75.30%, fruto del proceso de mediación que se lleva a cabo a través del Ministerio de Trabajo.
El ministro de Trabajo, Luis Miguel De Camps, aseguró que “uno de los mayores cambios impulsados por el Ministerio de Trabajo ha sido el fortalecimiento de la capacidad de mediación de la institución. Durante nuestra gestión, hemos aumentado el número de mediadores, de solo uno en Santiago y otro en el Distrito Nacional, a un total de 17, impactando los municipios más grandes del país”.
Explicó que la creación de la Escuela de Mediación Laboral es uno de los logros más destacados de su gestión, gracias a la asistencia técnica del Centro Internacional de Formación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las unidades técnicas de la Oficina Internacional del Trabajo en Ginebra, y las oficinas regionales de Costa Rica y la República Dominicana.
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El funcionario destacó la colaboración de la Escuela de Diálogo Social, Tripartismo y Resolución de Conflictos de la Universidad de Panamá, entidades que dijo fueron claves para el desarrollo de esta institución, que busca fortalecer la mediación laboral en el país.
En una nota, De Camps señaló que, con este espacio formativo, se escribe una nueva página en la historia productiva del país, ya que ha contribuido a reducir la judicialización de los conflictos económicos o de intereses en los tribunales, consolidando la actividad tripartita y fortaleciendo las labores de mediación del Ministerio de Trabajo.
“La disminución de la judicialización de los conflictos laborales significa menores gastos en abogados y procedimientos legales, lo que implica menores costos para las empresas y contribuye a una mayor estabilidad en el empleo”, puntualizó el ministro.
Manifestó que los logros en mediación se reflejan en que, desde el inicio de la primera gestión del presidente Luis Abinader, no se ha producido ninguna huelga legal en el país, lo que ha resultado en un aumento del rendimiento productivo.
