Mar. Nov 5th, 2024

Francisco Alberto López Reyes, principal sospechoso en el caso, trabajó junto a 17 personas en República Dominicana, Estados Unidos y la India.

El país ha sido usado como puente para traficar fentanilo a Estados Unidos.

Un dominicano fue acusado de ser líder de una organización que se encargaba de fabricar medicamentos falsificados haciéndose pasar por pastillas legítimas, que en realidad contenían fentanilo y metanfetamina. 

De acuerdo con Damian Williams, fiscal del Distrito Sur de Nueva York, Francisco Alberto López Reyes, principal sospechoso en el caso, trabajó junto a  17 personas en República Dominicana, Estados Unidos y la India.

López Reyes, de 44 años, es acusado de conspiración para el tráfico de estupefacientes con resultado de muerte; distribución de estupefacientes con resultado de muerte; conspiración para cometer lavado de dinero, a quien condenarían de cadena perpetua obligatoria.

“La proliferación de farmacias falsas en línea está alimentando la epidemia de fentanilo en esta nación. Como se alega, Francisco López Reyes, también conocido como “Frank”, y sus lugartenientes han dirigido una red mundial de estos sitios web y han comercializado, fabricado, vendido y distribuido agresivamente millones de píldoras letales de fentanilo destinadas a imitar medicamentos recetados legítimos. Las víctimas del plan incluyen personas de todos los ámbitos de la vida, personas de todas las edades y ocupaciones, de los 50 estados, las Islas Vírgenes de los Estados Unidos, Puerto Rico, Alemania y Eslovenia”, dijo Williams.

Estas pastillas eran vendidas en al menos 40 sitios webs que parecían reales, y que incluso contenían reseñas de supuestos clientes y chatbots, para responder preguntas de los interesados.

Estos laboratorios fueron descubiertos en sótanos de edificios en Manhattan y el Bronx, en Nueva York.

Hasta el momento las autoridades han atribuido nueve muertes, entre agosto de 2023 y junio de este año, a causa del consumo de estas pastillas, incluida veterana del armada estadounidense,  de 45 años, quien falleció al consumir la pastilla que pensaba que era oxicodona.

El fiscal indicó que estos falsificadores copiaron las mismas formas y colores de las pastillas de oxicodona y adderall, y que dentro de estas había drogas ilegales, como fentanilo y metanfetamina, respectivamente.

Entre las personan que usaron los medicamentos están médicos, profesores, bailarines, abogados, doctores, entre otros perfiles, en todo el territorio estadounidense.

El fiscal también informó que dentro de los laboratorios se elaboraban al menos 100,000 pastillas cada 12 horas.

Williams instó a las personas a no confiar páginas webs que distribuyan medicamentos prescritos, aunque parezcan páginas confiables. “Cualquier pastilla ordenada por internet podría matarte”, agregó.

La administradora de la DEA, Anne Milgram, dijo que “Los 18 acusados en este caso operaban una sofisticada red de farmacias falsas en línea y fábricas de pastillas en India, República Dominicana y Estados Unidos que se aprovechaban de los estadounidenses que creían que estaban comprando medicamentos legítimos en farmacias legítimas. 

Dijo los acusados vendieron millones de pastillas falsas a víctimas en todos los estados de EE. UU. Agregó que hicieron esto para ganar dinero impulsando la adicción con fentanilo mortal y altamente adictivo. 

El agente especial a cargo de la DEA, Frank A. Tarentino III, dijo que el año pasado la DEA en Nueva York, junto con socios en materia de aplicación de la ley, se centraron en aquellos individuos involucrados en la operación de fábricas ilegales de pastillas en el Bronx y Manhattan.

Acusados

Los acusados son Juan Efren Paulino “Freddy”, de 53 años; Juan Moisés Pérez Méndez “Caballero”, de 56 años; Sadiq Abbas Habib Sayyeb “Rakesh Sharma”, también conocido como “Jonathan Acosta”, de 39 años; Jizaar Mohammad Iqbal Shaikh, de 33 años; Wellington Eustate Espinal, de 42 años; Heriberto Eustate Espinal, de 28 años; Eusebio Peralta Bautista “Luis Collazo Santos”, de 59 años.

Además, Héctor Bienvenido Feliz Feliz “Tacoma”, de 45 años; Luis Paulino, de 66 años; Miguel Concepción Brito, de 27 años; Cynthia Onega, de 22 años; Edward Eustate Jiménez “Chino”, de 22 años; Robert Junior Ramos Henríquez, de 34 años; Alba González, 36 años; José Concepción Brito, de 28 años; Ángel Valdez Brito, de 29 años y Wilianyi Almanzar Polanco, de 34 años. 

¿Cómo funcionaba la red?

De acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, López Reyes dirigió la empresa, organizando y controlando cada faceta del esquema desde la República Dominicana. 

Con sus co-conspiradores, creó docenas de sitios web de farmacias en línea, diseñados para parecer legítimos con el fin de atraer a los clientes para que compren, a precios reducidos, tabletas de fentanilo, para-fluorofentanilo y metanfetamina disfrazadas de medicamentos recetados reales, incluyendo oxicodona, hidrocodona, Adderall y Xanax, entre otros. 

López Reyes también confió en otros, incluyendo en Habib Sayyed, Iqbal Shaikh y Alba González para vender píldoras falsificadas a los estadounidenses a través de internet y mediante plataformas de mensajería cifrada. 

Una de estas páginas era  (“Curecog”), que pretendía ser una “farmacia online con sede en Estados Unidos” que estaba “aprobada” por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (“FDA”), que “ofrece medicamentos asequibles… aprobados por especialistas y fabricados por marcas de confianza”. Sin embargo, Curecog no era legítima ni estaba aprobada por la FDA. En cambio, Curecog era una tienda fraudulenta que vendía las sustancias controladas de los acusados, incluido el fentanilo, indica la justicia estadounidense. 

López Reyes reclutó a Efren Paulino y a Pérez Mendez como sus principales complices para supervisar el funcionamiento de múltiples fábricas de píldoras en Nueva York.

Allí los trabajadores usaban tintes con colores específicos y equipo especializado con moldes personalizados para prensar narcóticos en polvo de manera de imitar el color, la forma, el tamaño y las marcas de las píldoras recetadas fabricadas comercialmente.

Las fuerzas del orden allanaron al menos tres de estas fábricas de píldoras y otros dos lugares de almacenamiento de narcóticos, y confiscaron aproximadamente 625,000 píldoras falsificadas, la mayoría de las cuales contenían fentanilo, parafluorofentanilo y/o metanfetamina, 10 prensas de píldoras industriales, mezcladores comerciales, máscaras de gas de grado industrial y más. 

En estas instalaciones, las fuerzas del orden también incautaron  narcóticos aún no procesados y aproximadamente 255 libras de parafluorofentanilo, 100 libras de fentanilo y 215 libras de metanfetamina, en forma de píldora, polvo y cristal. Cada una de estas incautaciones fue una mera instantánea en el tiempo, que representa solo un día de suministro de trabajo en estas fábricas de píldoras y lugares de almacenamiento. 

Después de que los acusados fabricaron las píldoras falsificadas que contenían fentanilo y metanfetamina, empaquetaron y enviaron por correo las píldoras a clientes de todo el país bajo la dirección de López Reyes, quien especificó a quién y dónde enviar determinados tipos y cantidades de píldoras. 

acusaciones anteriores 

En 2010, la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) desmanteló una red internacional de narcotraficantes que desde el país enviaba a Estados Unidos medicamentos controlados que producen una fuerte adicción entre sus consumidores.

 Francisco Alberto López y Héctor Antonio Hierro fue uno de los detenidos en esa ocasión.

En esa ocasión, la DNCD decomisó  350 mil comprimidos de la referida sustancia, denominada Alprazolam.