Vie. Nov 29th, 2024

El economista Luis Vargas señala la alta dependencia, y las transferencias corrientes y sugiere exigir institucionalmente la reapertura de un Pacto Eléctrico, Energético, Climático y Ambiental.

Combustibles y cambio climático. istock

El valor de las importaciones de combustibles minerales de República Dominicana respecto al resto de la economía mundial subió US$295 millones (-7,02%), de US$4,198 a US$3,903 millones, en el período enero-septiembre de 2024, con relación a igual fecha de 2023

En tanto que las exportaciones apenas aumentaron US$12 millones (36,88%) a US$44 millones, de US$32 millones, conforme a recientes informaciones publicadas por la Dirección General de Aduanas (DGA).

El tema es explicado por el economista Luis Vargas, en un estudio sobre el comercio exterior de petróleo y derivados, gas natural y carbón mineral, respecto a las elevadas cuotas de 17.37% y 19.24% de los bienes importados y las diminutas participaciones de 0.45% y 0.35% de los rubros exportados.

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Asimismo, en esos nueve meses de 2024 y 2023, los saldos deficitarios derivados de importaciones por arriba de exportaciones de combustibles minerales se calcularon sucesivamente en US$3,859 y US$4,166 millones, “vale decir, en las astronómicas ponderaciones iguales al 30.23% y 32.77% de las cuentas comerciales en rojo estimadas en US$12,765 y US$12,712 millones”, expuso.

Vargas, quien forma parte del Centro de Estudios Económicos y Sociales Padre José Luis Alemán, de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) explica tal escenario ratifica a República Dominicana como una economía cada día muy dependiente de crudo, gas natural, crudo e hidrocarburos de Estados Unidos, carbón mineral de Colombia; y materiales, equipos y máquinas de energía sucia y limpia de China.

“Esto ocurre sin que las autoridades gubernamentales y corporaciones eléctricas brinden soluciones viables y factibles a la grave crisis energético-eléctrico-ambiental que azota implacablemente las empresas, familias y dependencias estatales en todas las zonas urbanas y rurales del país”, indica Vargas.

Y, todavía peor, agrega, la propaganda de supuestas soluciones a corto plazo del precario servicio eléctrico y caro suministro de combustibles a negocios, hogares-personas y organismos privados y estatales no hace más que ocultar el abismal hoyo deficitario de las finanzas públicas, microempresarias y familiares

A eso se adicionan crecientes transferencias corrientes y de capital cargadas a presupuesto nacional, privilegiados procesos de endeudamiento exterior e interior y abusivos descuentos de los fondos de consumo personales y familiares, agregó.

Aduce que la solución a la crisis energética, ambiental y climática de República Dominicana estará en revisiones y reformas de los actuales régimen productivo-laboral, sistema comercial interior y exterior, dispositivo bancario-financiero, ordenamiento jurídico-legal y dependencias, gestiones, políticas y estrategias de los gobiernos central y municipales, en particular referentes a los ingresos, egresos y déficits fiscales y al sistema energético-eléctrico-ambiental. 

“Hay que exigir institucionalmente la reapertura de un Pacto Eléctrico, Energético, Climático y Ambiental como antesala a una imprescindible participación democrático-sectorial en la aprobación de la legislación, formulación de la planificación y ejecución de la política en esos ámbitos”, Puntualizó Vargas.