El cura recordó entre risas cuando monseñor Freddy Bretón le obsequió su primera mitra pequeña y de tela diciendo: «Ha pasado el tiempo, y hoy ya tengo una de verdad».

En medio del júbilo por ser consagrado como primer obispo de la nueva Diócesis Stella Maris, monseñor Manuel Antonio Ruiz de la Rosa agradeció a Dios por elegirlo como su hijo predilecto y a su madre por ser su soporte.
