Vie. Nov 29th, 2024

“Yo no trabajo; solo limpio casas un mal día y tengo que pagar por este humilde cuarto RD $5,000 mensuales”, afirmó la madre del menor, Francisca Beltré Ogando.

Christian con su madre Francisca Asunción Beltré Leonel Matos

Con tan solo 13 años de edad, Christian Rodríguez Beltré lidera varias batallas. Tiene limitaciones por ser sordomudo, sufrir de epilepsia y estar bajo el espectro autista, lo que no le permite comunicarse y socializar como un menor de su edad. 

Es el más pequeño de dos hermanos; reside con su madre en Las Américas, en una humilde residencia con las paredes deterioradas y cuenta con una cama donde duerme junto a su progenitora Francisca Asunción Beltré Ogando, de 52 años de edad.

Su madre no cuenta con un empleo que le garantice la alimentación y el cuidado que necesita el pequeño; además, donde residen es un pequeño cuarto donde pagan RD$ 5,000 cada mes.

“Yo no trabajo; solo limpio casas un mal día y tengo que pagar por este humilde cuarto RD $5,000 mensuales”, afirmó Beltré Ogando.

La señora pide la ayuda de la primera dama Raquel Arbaje, para que esta le brinde los medicamentos y un hogar para su hijo.

“La señora Raquel Arbaje que me ayude; necesito un mejor lugar para vivir con mi niño y él necesita llevar su tratamiento con sus medicamentos”, indicó entre lágrimas.

El menor llegó hace dos meses a la sala de intensivos del Hospital Infantil Robert Reid Cabral afectado por un fuerte dolor en los riñones que le impedía orinar, teniendo que ser auxiliado por oxígeno durante quince días para poder respirar.

Añadió que al menor le indicaron unos medicamentos que resultan costosos y se le ha dificultado cubrirlos.

“Me le pusieron un medicamento que se llama cheltin folic y otra que se llama haloperidol; eso da RD $1,800 y pico, casi RD $2,000″, dijo la señora.

Beltré Ogando expresó que anhela que su pequeño pueda caminar para que a pesar de sus limitaciones pueda disfrutar de su adolescencia y no se encuentre postrado en una cama la cual le ha ocasionado llagas en su espalda.

Su madre contó que antes de ser internado Christian estudiaba en la Escuela Nacional para Sordos en la que aprendió a comunicarse con su padre, quien en el centro recibió talleres para entender a su hijo.