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Rafael tocó tierra como huracán categoría 3 el miércoles en el occidente de Cuba, en playa Majana.

La gente viaja bajo la lluvia tras el paso del huracán Rafael en Guanimar, Cuba, el jueves 7 de noviembre de 2024 Ramón Espinosa/ AP

Dos días después del paso del destructivo huracán Rafael por Cuba, las autoridades informaron el viernes que logró reconectar parte de su sistema energético, desde la capital hasta el extremo oriente cubano, aunque muchas localidades todavía permanecían a oscuras en el occidente.

El director del Ministerio de Energía y Minas, Lázaro Guerra, indicó a medios de prensa locales sobre el enlace del sistema. 

Sin embargo, el mismo funcionario había reconocido que los desastres ocasionados por el ciclón en postes, transformadores y otra infraestructura eléctrica complicarían el proceso de servir el fluido a los usuarios.

Mientras, la empresa estatal eléctrica de La Habana señaló que unos 143,468 clientes de su territorio ya tenían luz y de los 337 circuitos de distribución que se atienden ya se habían inspeccionado unos 305.

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Rafael tocó tierra como huracán categoría 3 el miércoles en el occidente de Cuba, en playa Majana. Su ojo salió dos horas después por el noroeste, en Bahía de Cabañas, para internarse en el Golfo de México.

Las provincias de Artemisa, Mayabeque y La Habana fueron las más afectadas, aunque no se produjeron víctimas fatales.

Pero incluso antes de tocar tierra, los fuerte vientos habían ocasionado una desconexión del sistema energético nacional, ya de por sí muy débil.

Desde la mañana del viernes cuadrillas de trabajadores y soldados trabajaban levantando árboles y limpiando las calles.

En un recorrido, periodistas de la AP vieron que algunas partes de la ciudad como Habana Vieja y Centro Habana ya contaban con electricidad.

La isla enfrenta una temporada de apagones severos por falta de combustible y averías en sus desmantenidas centrales termoeléctricas.

Este fue el segundo episodio de colapso del sistema energético en un mes, el anterior fue ocasionado por una avería en una planta generadora –el 18 de octubre— dejando a todo el país sin corriente por días.

Al complejo escenario se sumó el paso en octubre de otro ciclón, Oscar, esta vez en el oriente de la isla, dejando ocho muertos y una vaguada que trajo inundaciones también al oeste.

Las malas noticias climáticas en la isla se agregan a una situación de crisis económica que no logró superarse desde la pandemia. 

Hay además una caída del turismo y un incremento radical de las sanciones de Estados Unidos contra Cuba, propiciadas por el ahora presidente electo Donald Trump en su primer mandato, y que su sucesor Joe Biden no alivianó.

Tanto desde el Gobierno como desde la estatal Unión Eléctrica —que controla al sector— se reiteró varias veces en estas jornadas que incluso con el sistema completamente reconectado y operativo a nivel nacional, se continuaría con problemas de abastecimiento de este servicio y los consabidos apagones, dada la carencia crónica de combustible en la nación caribeña.

Mientras, las autoridades indicaron que el lunes se retomarían las clases.

La víspera, la Defensa Civil indicó que unas 283,000 personas fueron evacuadas ante el paso de Rafael para evitar pérdida de vidas humanas y quienes son residentes en zonas bajas o donde hay casas vulnerables.

La gobernadora de La Habana, Yanet Hernández, indicó a un grupo de periodistas que en la capital se protegieron 98,300 personas, se produjeron más de 461 derrumbes de viviendas —parciales y totales—, más de 495 postes se cayeron, así como unos 100 transformadores, además se dañaron postes telefónicos y tuberías de gas, debido a la caída de árboles.

“Yo era la única persona que estaba aquí cuando se produjo el derrumbe y fue algo explosivo”, comentó a la AP Oscar Dalmau, un vecino de 62 años de la calle Consulado, en Centro Habana, quien el viernes incluso trataba de sacar escombros él mismo de lo que fue el portal del edificio para llegar hasta el apartamento del fondo a donde vive. “Es casi imposible escalar para llegar a mi casa”.

Aunque una cuadrilla de obreros quitó algunos escombros de la calle no se eliminaron los que obstruían el portal.

“Tengo mucho miedo…si esa viga se desploma y cae (una pared) en mi casa, dios permita que no haya nadie”, comentó a María Caridad Madan, de la casa contigua a Dalamau.

Las casas y edificios en varios lugares de Centro Habana están deteriorados y el paso de ciclones incrementa los peligros de derrumbe.

El mandatario Miguel Díaz-Canel visitó las zonas más afectadas y en la provincia de Mayabeque indicó este viernes que los principales daños fueron ocasionados en la agricultura, sobre todo en los cultivos de yuca y plátano.

El periódico oficial Granma informó que en Artemisa se habían dañado –en diferentes niveles—unas 2,800 viviendas, así como destrucción de cultivos y unas 40 escuelas afectadas.

Para el caso de Mayabeque, la otra provincia fuertemente azotada por Rafael, se contabilizaron unas 441 viviendas dañadas y perjuicio a la agricultura.