Jue. Nov 14th, 2024

La mielitis es una afección seria que puede tener un impacto profundo en la calidad de vida de los pacientes y sus seres queridos. 

Francisco Javier Estevez, un niño de 12 años que ha enfrentado un calvario desde que fue diagnosticado con mielitis hace cinco años. Onelio Domínguez

Emma Julissa Peralta, una madre llena de esperanza, pero también de desesperación, se encuentra en una lucha constante para ayudar a su hijo Francisco Javier Esteves, un niño de 12 años que ha enfrentado un calvario desde que fue diagnosticado con mielitis hace cinco años. 

Esta afección neurológica, que causa inflamación en la médula espinal, ha mantenido a Francisco postrado en una cama, privándolo de la vida activa y llena de sueños que todo niño merece.

La mielitis es una afección seria que puede tener un impacto profundo en la calidad de vida de los pacientes y sus seres queridos. 

La historia de Francisco Javier refleja el desafío que enfrentan muchas familias que luchan contra enfermedades crónicas y la necesidad urgente de tratamientos especializados que a menudo son inaccesibles debido a los altos costos.

A los siete años, el pequeño Francisco era un niño saludable que soñaba con ser futbolista. Sin embargo, su vida dio un giro inesperado, el 21 de junio de 2019, cuando un simple dolor de espalda lo llevó a una emergencia médica. 

Su madre, Emma, recuerda con tristeza esa madrugada: “Me dijo mami, llévame al médico porque yo no aguanto el dolor”. Lo llevaron caminando, pero al llegar, comenzó a sentir calambres en las piernas. Lo que siguió fue un proceso desgarrador: perdió la movilidad y la sensibilidad en su cuerpo, y tuvo que ser ventilado poco después.

Desde entonces, la vida de Francisco y su familia ha cambiado drásticamente. Dependiendo de un ventilador mecánico, su salud ha enfrentado múltiples complicaciones, incluyendo un diagnóstico de Guillain-Barré en agosto de 2021. Emma ha hecho de todo para mantener a su hijo en el mejor estado posible, desde rifas hasta colectas, pero los recursos se han agotado y la situación se vuelve cada vez más crítica.

Los médicos han recomendado que Francisco sea trasladado a España para recibir una terapia integral que podría mejorar su calidad de vida. Sin embargo, el costo del traslado y el tratamiento asciende a aproximadamente 73,000 euros, una suma que su familia no puede cubrir. “Estamos apelando a la solidaridad para que nos ayuden a trasladar a mi hijo a un centro de rehabilitación especializado”, dice Emma con la voz entrecortada.

Francisco, a pesar de su difícil situación, se llena de valor y hace un llamado a quienes puedan ayudar. Su deseo es simple: “Quiero tener una vida normal, jugar con mis amigos, asistir a la escuela, saltar y correr como cualquier niño de mi edad”.