Alrededor de mil quinientas personas son dependientes directos de la producción de ajo en el municipio de Constanza, en la provincia de La Vega, y cultivo que contribuye con el dinamismo de la economía.
Los productores de ajo del municipio de Constanza, provincia La Vega, han sido afectados con una cuantiosa pérdida de dinero en la producción del rubro, debido a que este vegetal está siendo importado por el Ministerio de Agricultura desde China a los mercados nacionales.
De acuerdo a Domingo Díaz, vicepresidente de la Asociación de Productores de Hortícolas de Constanza, las pérdidas de producción de este año se estiman en los RD$400 millones.
“Nosotros hemos tenido que librar una batalla permanente desde los años 80 con el Ministerio de Agricultura, a los ministros le gusta favorecer más a los importadores porque reciben más ingresos de parte de ellos que de nosotros. Ahí están los mercados abarrotados completamente de ajo importado de China, país con el que no existe ningún vínculo comercial”, expuso Díaz.
El ajo es el único rubro de la República Dominicana que ha experimentado una baja de más de un 50 por ciento, ya que, en esta gestión de Gobierno, se comenzó vendiendo el quintal a RD$15,000 y ahora lo están comprando a RD$7,000.
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Además, Constanza, donde se produce el 80% de los vegetales que se consume a nivel nacional, es el único municipio que produce ajo naturalmente en el país, debido a que sus condiciones climáticas específicas favorecen el buen desarrollo y calidad del rubro.
Endeudados
Unos 500 productores, entre pequeños, medianos y grandes, están endeudados con el Banco Agrícola por la pérdida, ya que han tenido “un costo de producción alto y una situación difícil que el productor no puede subsistir”, dijo.
“Todo el productor coge fiado en el supermercado, en el mercado, en la bomba, en los agroquímicos, y cuando llega la producción, entonces tú vas a pagar, pero con las pérdidas estamos todos endeudados”, puntualizó Domingo.
El vicepresidente de la Asociación de Productores de Hortícolas de Constanza exigió a las autoridades del Ministerio de Agricultura que paralicen las importaciones que “son los que tanto daño nos hacen y nos llevan a la quiebra”.
Alrededor de mil quinientas personas son dependientes directos de la producción de ajo en el municipio, ya que con esta se dinamiza completamente la economía, “desde la mujer que va a degradar el ajo, la que lo pela, el hombre que va a sembrarlo grano a grano y luego otra vez en la cosecha casi al año. Es una empleomanía grande en la que participa el municipio de Constanza”, según explica Díaz.
El costo de producción de una tarea de tierra sembrada de ajo ronda los 40 o 50 mil pesos, por lo que hablar de100 tareas es referirse a un promedio de 5 millones de pesos de inversión.
Cosechas
El ajo se cultiva una vez al año, ya que su ciclo de producción es de nueve a 10 meses y necesita de condiciones climáticas específicas para su buen desarrollo y calidad, razón por la que Constanza es líder en producción.
En 2021, según el Ministerio de Agricultura, la producción fue de 2,725 tareas sembradas en la región norte del país.
El Centro de Inversión y Exportación de República Dominicana (ProDominicana) indica que entre 2017 y 2018 el valor de las importaciones de “ajo fresco o refrigerado” se redujo un 51%, al pasar de US$9.2 millones a US$4.5 millones. En tanto, en 2019 hubo un ligero aumento al totalizar US$5.3 millones.
A pesar de la pandemia del Covid-19, las importaciones de ajo ascendieron a US$9.5 millones y el 2021 cerró con US$8.3 millones. Sin embargo, los datos indican que en 2022 fue el año con el más alto registro de importación con US$12.4 millones.
A principios de 2023 el Estado dominicano destinó fondos con el objetivo de que estos productos lleguen a precios asequibles al consumidor y para apoyar la producción nacional. A través de Agricultura las asociaciones de productores ajo en Constanza recibieron RD$60 millones, a fin de impulsar la siembra con un subsidio de RD$3,000 por quintal.
Sin embargo, algunos productores aseguraron que no recibieron la subvención para sacar adelante sus cosechas. Asimismo, a pesar de que los productores firmaron un acuerdo con el Estado para garantizar la rentabilidad del rubro, su situación se mantenía crítica.
