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  • Lionel Messi se lamenta tras la derrota 2-1 ante Arabia Saudita.

Fausto Jiménez

Santo Domingo

Acá se separan las aguas, clara evidencia de que estamos en tierra de nadie.  Lo que parecía “pan tragado” para los gigantes, toma matices hormigueros, con Argentina y Alemania más que golpeados en un Mundial de Qatar plagado de sorpresas mayúsculas.

Cuando se habla de las dos naciones, es sinónimo del fútbol ecuménico al mayor nivel, por debajo de nadie. Pero Argentina y Alemania también impusieron una marca impensada, tras caer como grandes favoritas al título ante modestas selecciones, incluso por resultados remontados en sendos casos.

Argentina llegó al Mundial con una racha invicta en 36 partidos (31 victorias), una de las más extensas en las últimas décadas, pero una intrusa Arabia Saudita (2 a 1) le paró el coche ante el asombro universal, contra Leonel Messi y un soberbio grupo que jugaba al ritmo de guitarra valenciana.

Pero con la Alemania de Thomas Müeller sucedió igual, cuando un envalentonado Japón (2 a1) le tumbó el pulso contra una pléyade de estrellas mundiales, que siempre imponen el tic-tac de reloj suizo. Es la segunda ocasión que los teutones caen contra un intruso.

Y los batacazos aún continúan. El Gales de Gareth Bale fue denostado por el insulso Irán (marcador 0-2), y España se sirvió con cuchara desproporcional (7-0) ante Costa Rica, en un resultado a todas luces “improbable”, porque los ticos son potencia de Concacaf y experimentados mundialistas.

Mundial histórico

Nunca antes dos potencias top-5 habían caído en un debut, muchos menos contra rivales de tan distante estándar. Argentina y Alemania acompañan a Brasil, siendo de por sí los de mayor combustible –entre claros aspirantes- para ganar el Mundial de Qatar, ante el ostensible bajón de Francia, además de Inglaterra y España.

Los antecedentes marcan a la propia Argentina (Italia 1990) y España (2010) como los mayores batacazos de los grandes.

En 1990, la entonces campeona Argentina fue sorprendida en el primer cotejo por el intruso Camerún (0-1); mientras que España, entonces monarca europea y posterior campeón del Mundial, tuvo la ignominia de una derrota (0-1) contra Suiza.

Otros batacazos en Mundiales, Estados Unidos petrificó a Inglaterra (1-0) en Brasil 1950; en Inglaterra 1966, Corea del Norte deshonró a Italia (1-0); Argelia desplantó a Alemania (1-0) en España 1982, en tanto Corea del Sur aprovechó su locación (Corea-Japón 2002) para humillar al entonces tricampeón Italia (2-1), que luego ganaría su cuarta Copa Mundial.