Sebastian Smith
Washington
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, partió el martes para unas vacaciones en el Caribe, donde se espera que reflexione sobre una resolución de Año Nuevo muy esperada: decidir si buscará la reelección en 2024.
El mandatario demócrata fue objeto de fuertes críticas el martes por la mañana en el canal conservador Fox News, donde los comentaristas lo acusaron de “prepararse para pasarla bien” mientras una brutal tormenta de nieve azota a Estados Unidos desde hace una semana, dejando al menos medio centenar de muertos.
Pero Biden viaja a las Islas Vírgenes estadounidenses para descansar luego de un año 2022 lleno de acontecimientos.
Los últimos meses podrían haber reafirmado la voluntad del octogenario de quedarse cuatro años más en la Casa Blanca.
En la primera mitad de su mandato vio el pico y el resurgimiento de la pandemia de covid-19, una humillante retirada de la guerra en Afganistán, la inflación en su punto más alto en 40 años y las consecuencias del intento de su predecesor republicano, Donald Trump, de trastocar el sistema democrático estadounidense.
Pero en 2022, su partido limitó el daño, e incluso ganó escaños en el Congreso en las elecciones de medio mandato, antes de la aprobación en diciembre de una ley que protege el matrimonio entre personas del mismo sexo. Aparte, los precios de la gasolina, después de un alza espectacular, casi han vuelto a la normalidad.
En el escenario internacional, la invasión rusa de Ucrania dio como resultado la formación de una alianza respaldada por Estados Unidos que continúa vigente después de más de diez meses. Y en su rivalidad con China, Washington renovó su compromiso con sus aliados asiáticos.
Mientras tanto, los republicanos en el Congreso muestran cierta desorganización mientras se preparan a retomar en enero el control de la Cámara de Representantes, y Trump, aún figura dominante del partido, enfrenta múltiples investigaciones.
No es de extrañar que Biden se regocijara en un artículo de opinión publicado por Yahoo News justo antes de Navidad.
“Al hacer un balance de 2022, y ver todo lo que está por venir, nunca he estado más confiado de lo que el pueblo estadounidense y la economía estadounidense pueden lograr”, escribió.
El tema de la edad
En la historia de Estados Unidos, los presidentes en ejercicio casi siempre se postulan para la reelección al final de su primer mandato, y con frecuencia ganan.
Solo tres presidentes que cumplieron sus primeros mandatos decidieron renunciar sin buscar un segundo periodo. Trump figura entre los pocos presidentes cuya reelección fracasó.
Pero todo cambia si se tiene en cuenta la edad de Biden.
El mandatario tendría 82 años en una posible segunda toma de posesión y 86 al final de un segundo mandato, casi diez años mayor que el anterior poseedor del récord de vejez de la Casa Blanca, Ronald Reagan, quien dejó el puetso a los 77 años.
Si la edad importa o no es un tema de debate, a menudo descarnado.
Los republicanos buscan retratar a Biden como senil. Señalan sus usuales tropiezos verbales, su andar con rigidez y los momentos en los que parece estar confundido u olvidadizo.
Los partidarios de Biden dicen que el mandatario, cuyas meteduras de pata y tartamudeos fueron una característica a lo largo de su larga carrera política, demuestra a diario que está al mando de un trabajo complejo y que muchas de sus cualidades salen a la luz cuando está fuera de cámara en reuniones de alto riesgo en la Casa Blanca.
Kevin O’Connor, el médico de Biden, concluyó en su informe anual hace un año que, aparte de las señales relativamente menores de la vejez, el presidente gozaba de excelente salud y estaba “apto para ejecutar con éxito los deberes de la presidencia”.
Un nuevo examen físico se espera en breve y la nueva evaluación de O’Connor será examinada intensamente.
Biden, por su parte, quiere que los estadounidenses lo juzguen por sus resultados, y afirma que la edad no es más que una cifra. “Mírenme a mí”, suele decir.
La decisión de postularse desencadenaría una batalla sin cuartel en lo que queda de su mandato. Podría terminar con una revancha contra Trump, quien ya hizo pública su intención de ser candidato.
Sin embargo, si Biden decide renunciar, su vicepresidenta Kamala Harris estaría en la primera posición para sucederlo, pero esto podría tener muchos oponentes y causar disputas internas destructivas para los demócratas.
Lo que decida o no Biden en el Caribe seguirá siendo un secreto muy bien guardado. Pero su jefe de gabinete, Ron Klain, ya dijo que el anuncio era solo cuestión de tiempo.
“Creo que el presidente tomará esa decisión poco después de las vacaciones”, dijo Klain este mes, y agregó que esperaba que Biden fuera candidato a la reelección.
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