Sáb. Nov 16th, 2024


El verdugo le mostró el cadáver bañado en sangre a la madre de esta por videollamada

  • Joven puertorriqueña Angeliris Marrero Garcia. 

Santo Domingo, RD

Una joven puertorriqueña, de 27 años, estaba a punto de cumplir el sueño de su vida, ser madre, pero su pareja, el dominicano Luis Eduardo Terrero Gómez, la mató el 31 de diciembre a puñaladas, siete días después de que llegara a Quisqueya a traerle la noticia.

El asesinato de Angerilis Marrero García se produjo en la casa de Terrero Gómez, en el sector de Villa Carmen, en Santo Domingo Este, y el cuerpo desnudo, lleno de sangre y con las manos sobre el vientre, fue mostrado a su madre, Mildred, según contó la dama en una entrevista

Los restos de su hija menor están en Santo Domingo, y el clamor de Mildred al Departamento de Estado de Estados Unidos y a las autoridades de Puerto Rico es que el confeso asesino sea extraditado a Estados Unidos para que lo juzguen las autoridades de esa nación y los restos llevados a Borinquén para una “cristiana sepultura”.

El juez de Atención Permanente de Santo Domingo Este, Bernardo Coplín, dictó una medida de coerción de tres meses de prisión preventiva

 El relato de la madre

La madre de Angerilis dice que esta conoció a Terrero Gómez por las redes sociales y desde julio pasado le había pagado varios viajes a República Dominicana.   

Cada vez que Angerilis llegaba a este país le tenía que mandar la ubicación a su madre, pero esta vez no fue así, por lo que aumentó el dolor y su desesperación cuando el verdugo le mostró las imágenes y ella no sabía dónde había ocurrido la tragedia.

El penúltimo viaje fue el Día de Acción de Gracias, cuando el verdugo le dijo que quería un bebé, cuenta la madre. Un mes después, el 24 de diciembre, cuando regresa al traerle la noticia, él la mató.

Era un bebé muy deseado

Mildred dice que sería su primer nieto y que a ella se lo anunció su hija con una caja que le envió donde había un bobo y la prueba de embarazo, y le decía “soy tu nieta, nazco en agosto”, justo en el mes de cumpleaños de Mildred.

El relato es desgarrador, de una madre que quiere justicia por el crimen de su hija y que el proceso sea conocido por la justicia estadounidense, ya que su hija era ciudadana de Estados Unidos.