EFE
Naciones Unidas
Haití avisó este martes que no puede seguir esperando por el envío al país de una fuerza armada internacional para combatir a las bandas armadas, una operación que solicitó el pasado octubre y que sigue sin hacerse realidad.
“No hay más tiempo que perder, la situación de seguridad puede empeorar cualquier día”, aseguró ante el Consejo de Seguridad de la ONU el embajador haitiano, Antonio Rodrigue, durante una reunión sobre la crisis que se vive en su país.
El diplomático insistió en que es “más necesario y urgente que nunca” tener una solución a corto plazo para restaurar la seguridad en Haití y reclamó una vez más el envío inmediato de esa misión internacional para ayudar a la Policía Nacional contra las pandillas.
Esa operación fue solicitada oficialmente el pasado octubre por el Gobierno haitiano y respaldada por el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, quien propuso establecer una “fuerza de acción rápida” compuesta por militares de uno o varios países y no bajo bandera de la ONU.
Sin embargo, el proyecto por ahora no se ha cristalizado a falta de encontrar un Estado dispuesto a liderarlo, según fuentes diplomáticas.
Estados Unidos y Canadá han impulsado conversaciones sobre esta cuestión, pero hasta el momento no han mostrado intención de encabezar la operación, según esas mismas fuentes.
En la sesión de este martes, ambos países subrayaron la necesidad de apoyar a Haití y mostraron su disposición a ayudar, pero no dijeron nada concreto sobre su posible papel en esa misión.
Por parte de la ONU, la representante de la organización para el país, Helen La Lime, dejó claro que sin ese despliegue armado internacional los pequeños avances que se han visto recientemente en Haití no servirán de mucho.
La Lime se refería principalmente al acuerdo alcanzado en diciembre entre fuerzas políticas para llevar a cabo un proceso de transición y unas elecciones generales, un compromiso al que dieron la bienvenida los miembros del Consejo de Seguridad.
El embajador haitiano, en todo caso, recalcó que sin restaurar la seguridad en el país no podrá haber unos comicios aceptables ni se recuperará la normalidad institucional.
Según datos recopilados por la ONU, la violencia por parte de las pandillas alcanzó en 2022 niveles no vistos en décadas, con un fuerte aumento de los homicidios, hasta un total de 2.183, y 1.359 secuestros, más del doble que el año anterior.
Las guerras entre grupos armados se han cebado con barrios de Puerto Príncipe, con francotiradores disparando desde azoteas a hombres, mujeres y niños y con continuas denuncias de agresiones sexuales, una táctica que se está utilizando para sembrar el miedo y destruir el tejido social, según la ONU.
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