EUROPA PRESS
Madrid, España
Cientos de personas se han manifestado este domingo en frente a la base militar francesa de Kamboinsin para reclamar su salida del territorio burkinés.
“Los soldados franceses se resignan a marcharse. ¿Pero qué diablos quiere (el presidente de Francia, Emmanuel) Macron?”, ha declarado Ramdé, secretario general del colectivo de líderes panafricanos, antes de invitar a “acelerar la salida sin demora de los soldados franceses”, según ha informado el portal de noticias Koaci.
“Salimos a decirle al presidente Macron que llame a sus soldados sin demora para preservar las relaciones fraternales que siempre han caracterizado a los pueblos francés y burkinés (…) Su terquedad en quedarse en nuestro país en contra de la voluntad popular inevitablemente traerá consecuencias lamentables“, ha manifestado.
Asimismo, el grupo de líderes panafricanos ha condenado la actitud de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao), ya que considera que está “fuera de sintonía con los nuevos vientos de independencia y soberanía que soplan en el continente africano”.
“Mientras Burkina Faso y Malí sufren los horrores del terrorismo y los ataques imperialistas, la Cedeao no ha encontrado nada mejor que hacer que querer aislar y matar de hambre a los pueblos de estos países que no piden otra cosa que vivir en paz”, ha explicado Ramdé.
La junta militar de Burkina Faso dio un mes de plazo para la retirada del país de todo el personal militar del país europeo, tras denunciar un acuerdo de asistencia militar firmado en 1961 entre ambos países, durante la etapa colonial francesa.
La ruptura del acuerdo de 1961, que permitía a Francia dar apoyo financiero, militar y formación al Ejército burkinés, lo que incluía la presencia de instructores militares, ha llegado en un momento de tensiones entre la junta y las autoridades francesas.
La operación militar francesa en Burkina Faso concluyó oficialmente el 19 de febrero tras la extinción del acuerdo firmado entre ambos países para la lucha contra el yihadismo en el Sahel, en medio de un distanciamiento de la junta de París y un acercamiento a Moscú.
Burkina Faso está encabezada por Ibrahim Traoré, quien protagonizó en septiembre una asonada que fue considerada un ‘golpe palaciego’ contra el hasta entonces líder, Paul-Henri Sandaogo Damiba. El deterioro de la seguridad en su territorio ha empeorado debido a los ataques tanto de la filial de Al Qaeda como de la de Estado Islámico en la región, la violencia intercomunitaria y los grupos de autodefensa.