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Reporteros de este medio recorrieron los alrededores del Pequeño Haití, el cual inicia en la calle La Benito González, en el sector San Carlos

Algunos haitianos que residen en litorales dominicanos prefieren obviar estos sucesos y no emitir ninguna opinión. JORGE MARTÍNEZ

Actualizada miércoles, 13 de septiembre de 2023 – 08:19

El temor que causan las bandas criminales haitianas a sus habitantes no cesa al cruzar la frontera. 

Aun estando en territorio dominicano, muchos se rehúsan a ofrecer declaraciones sobre estos conflictos.

El reinicio de un canal de riego para el desvío del Río Masacre en el vecino país, cauce que recorre también la República Dominicana a través de Dajabón, obligó al Gobierno dominicano a reaccionar con medidas diplomáticas.

Sin embargo, algunos haitianos que residen en litorales dominicanos prefieren obviar estos sucesos y no emitir ninguna opinión.

“Yo no sé de Haití, vivo en República Dominicana”, dijo de manera reiterativa a reporteros de Listín Diario, un haitiano, mientras vendía frutas en la avenida Padre Castellanos.

Aunque fueron mínimas las opiniones, ninguno de estos reveló su identidad por miedo a ser repatriado por la Dirección General de Migración (DGM) o ser víctimas de un golpe de venganza a manos de las organizaciones criminales.

PEQUEÑO HAITÍ

Reporteros de este medio recorrieron los alrededores del Pequeño Haití, el cual inicia en la calle La Benito González, en el sector San Carlos, donde la inmensa cantidad de haitianos que son comerciantes allí utilizaban el creole, para denotar su negación a estos temas.

“Nosotros no tenemos nada que ver con lo que pasa en Haití, los que viven allá son los que saben”, dijo un señor.

Esta situación persiste y las órdenes del presidente Luis Abinader en la zona fronteriza dominico-haitiana tienen un periodo indefinido, para enfrentar los desacatos diplomáticos, en espera de que particulares y empresarios detengan la construcción de un alcantarillado en el Río Masacre.