Jue. May 16th, 2024

El juez de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia afirmó que no es posible abordar un adecuado sistema de consecuencias si no se hace conciencia en educación moral.

Fotografía muestra a Justiniano Montero. FUENTE EXTERNA

El juez de la Suprema Corte de Justicia, Justiniano Montero Montero, consideró que las sociedades de cara al futuro deben priorizar una visión ética de cara a fomentar principios y valores como garantía del desarrollo sostenible que potencia la calidad de la democracia.

“No podemos seguir generando una falta de desarrollo moral. La clave para que podamos avanzar es producir un liderazgo moral fundamentado en las virtudes cívicas y ciudadanía que construyan paradigma que puedan renovar en el tiempo”, adujo el magistrado.

Montero Montero, juez de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia, habló en esos términos al impartir la charla Ética y Corrupción, invitado por el Instituto de Alto Estudios de Iberoamérica, con motivo a la sexta conferencia del Poder Judicial.

Sostuvo que en la medida que los órganos de gobierno que se encuentren claros en el diseño de un relevo generacional que se concentre y se base en los valores se garantiza el clima de transparencia que salvaguarda dar paso a esquema de dominación en base a la ética pública.

También expuso el magistrado, que seguir en ascenso el gráfico del deterioro moral , basado en la obtención de riquezas se estaría construyendo modelos de sociedades violentas y cada vez más aisladas de la calidad de la democracia.

Consideró que no es posible abordar un adecuado sistema de consecuencias si no se hace conciencia en educación moral y que se perciben horizontes sombríos de seguir la trayectoria de los antivalores.

En cuanto al panel de la gestión de la mora judicial en la perspectiva de los nuevos desafíos de la tecnología, el juez Montero Montero en sus reflexiones valoró que en la mora judicial incurren variables múltiples, pero sin embargo, destacó que lo relevante es enfocar un esquema de gestión de la mora en función de un desempeño que integre a los jueces.

Dijo que si no se asume como premisa que los jefes son los que deben dirigir la transformación institucional, se estaría dando tres pasos adelante y cuatro hacia atrás.

Señaló que no se puede desarrollar un plan de mora exitoso sin tomar en cuenta el rol de los jueces como actores prioritarios, al tiempo de resaltar que la planificación estratégica es un ejemplo de primer orden, que debe abordar la mora en función de los casos sencillos hasta sus niveles de complejidades.

Manifestó que desconocer esa lógica haría inoperante cualquier proyecto que pueda gestionar y que por lo tanto, el centro de la gestión de la mora debe asumir como tarea insoslayable calificar los casos en función de sus complejidades a fin de producir soluciones a corto plazo y sostenible en el tiempo.

“No se puede abordar un plan de mora sino a partir de colocar a los jueces en el vértice del problema para adoptar soluciones coherentes. La tecnología como contexto idóneo es lo ideal y efectivo”, enfatizó.

Empero, el juez sostuvo que se deben estandarizar los procesos en función de las diversas competencias de los tribunales, sobre la base de un ecosistema que convoque a los jueces y se estandarice los casos en función de las diversas materias, ya que eso es colocar la tecnología en mismo centro del problema.